MELLILOTUS ALBA (Clavo dulce).
He aquí una medicina de incuestionable y gran valor. La mejor exposición de ella fué hecha por el Dr. H. C. Alien en los trabajos del Instituto Americano de Homeopatía, página 104, afio de 1887, aunque uno muy bueno se encuentre en la obra
**Síntomas guiadores de Heririg.» Todos los experimentadores han sufrido de terribles dolores de cabeza y hemorragias, excepto yo (Bowen) La congestión del cerebro es igual á la de BelL y Glon. y el síntoma más característico de esta congestión es el intenso enrojecimiento de la cara con latidos en las carótidas, el cual á menudo se alivia por una abundante epistaxis. Hace años curé un caso muy grave de manía religiosa con la 6* potencia. La señora había teñido ataques semejantes hacia algunos años y había sido abandonada por completo por dos alópatas, quienes aconsejaban la llevasen á un manicomio,. y entonces la alivié con Stram. porque estaba muy locuaz. En este último ataque, Stram. fracasó, pero ante la indicación de la cara intensamente roja, le di Melilotus, consiguiendo una rápida y permanente curación. La primera causa de estos ataques había sido el haber- se asoleado mucho. Otro caso ilustrará mejor la acción de este verda- dero y gran remedio. Durante el curso de una fiebre tifoidea, una señorita sufría de frecuentes ataques de abundantes epistaxis, sucediéndose uno al otro, á veces, dos ó tres veces en las veinticuatro horas, hasta que llegué á alarmarme en vista de la enorme pérdida de sangre. Ella había padecido estashemorragias desde la niñez por haberse lesionando la nariz introduciéndose un botón en ella y qne un «médico*’ intentó después de mucha violencia hacérselo arrojar por las fosas posteriores, pero que en realidad permaneció en la nariz durante largo tiempo-— algunos meses — hasta que fué expulsado en un acceso de tos y estornudos. Dos años antes la había yo atendido de un ataque muy grave de difteria que también se acompañó de una intensa hemorragia nasal, que ocurrió en la noche y la sangre colgaba de su nariz en coágulos largos que parecian témpanos de hielo. Mere. sol. á la 30 dominó perfectamente este cuadro, pero ahora la sangre se coagulaba algo, pero no de un modo tan marcado; así es que Mere, nada consiguió. Cada ataque era precedido de un enrojecimiento y bochorno en la cara y latidos en las carótidas, tan intensos como nunca los había visto. La epistaxis seguía invariablemente a las pocas horas después de este visible aflujo de sangre ala cabeza y a la cara. Bell, nada consiguió tampoco, ni Erigeron, del cual dice Herin que tiene congestión de la cabeza, cara roja, sangre por la nariz y acción febril.» Melilotus á la 30 alivió muy pronto, no solo estos ataques de congestión á la cabeza, hemorragias nasales, etc., sino que todo el caso progresó sin interrumpirse. hasta el más perfecto restablecimiento. El Dr. F. A. Waddell, publicó un caso de congestion pulmonar, en el cual la cara roja y la epistaxis estaban presentes y que fué curado coa este remedio. El Dr. Bowen, á quien pertenece el mérito de ser el primero que presento este medicamento á la profesion, ha publicado numerosos casos de dolor de cabeza, cólico, calambres en el estómago y espasmos, que se han aliviado y curado con él. A mí me parece que debe ser clasificado con BelL y Glon. y nunca olvidársele en la comparación con remedios que tengan fuertes síntomas en la cabeza.