Síntomas regionales Cina, E. B. Nash

Cina

He aquí un remedio que verdaderamente es el único del que sólo los homeópatas conocen su uso. La vieja Escuela se apena por nuestros éxitos con él y no queriendo admitir ni emplear nuestras pequeñas dosis, utiliza sus alcaloides, haciendo más daño que bien, y al final se sonríen con la idea de que sólo existía en los niños una afección dependiente de las lombrices. Yo he conocido alguhos casos de éstos y eran tan comunes entre las personas de la población donde ejercía, que muchas veces me preguntaban: «Doctor, ¿Ud. cree en las lombrices? Los médicos de la vieja Escuela no creen y como mi niño, de cuando en ;cuando las arroja, vengo á ver á Ud. por si considera conveniente mandarle algo.» Es una gran ventaja para nosotros los Homeópatas curar á estos enfermitos creamos o no en las lombrices. Pero Gina no es siempre es remedio para tratarlas, aunque sí el más frecuentemente indicado para los trastornos que dependen de
ellas, ó para los niños infestados de éstos animales.
Otra cosa que he comprobado á mi entera satisfacción, es que es más eficaz eñ dichos casos lá potencia 200 ó mas alta que el alcaloide ó las bajas. Digo ésto para inducir á todos aquellos qué han perdido la fe en este medicamento, ensayen las altas; indicaciones bien conocidas ya y expuesta» en nuestra Materia Médica. Foresto muchos pierden bien que
-pudieran conseguir por temor de hacer una prueba.

Analizaremos algunos de los principales síntomas:

El niño con lombrices está inquieto én la noche, «interrumpe su sueño* con gritos agudos que harían pensar en Apis, pero hay otros fenómenos que nos obligan á eliminarlo. El niño se pone colérico é impertinente como en Chamomilla, golpea y molesta á la nodriza, desea estar cargado en los brazos (cham.), mecido en la cuna, o no le agrada que lo toquen 6 lo miren {Antim crud,)y pide los objetos y los rehusa cuando se le ofrecen {Bryonia, Stam)) o como en Cham.y llora si alguien trata de tomarlo 6 llevárselo. ¿No es éste el retrato perfecto de la mente de un niño con
lombrices? Cuando todos los síntomas descritos se presentan, podemos dudar entre CIna y Cham pero una observación metódica y cuidadosa decide la elección.
Por ejemplo, si se vigila ó se pregunta á la nodriza, se encontrará que se alterna la cara roja ó el roja brillante de ambas mejillas con la cara pálida, enfermiza, con círculos obscuros alrededor de los ojos, ola cara roja con gran palidez alrededor de la boca y la nariz. Este cuadro pertenece á ccina. Si la cara esta roja y caliente en un lado y pálida y fría en el otro, claramente á Cham. Continuando la investigación, observaremos nosotros mismos,, que los niños se rascan y restregan la nariz, muchas veces rechinan los dientes durante el sueño y saltan y brincan dormidos, hacen degluciones frecuentes como si algo les subiera la garganta, y estornudan y tosen por análoga cansa. Tal combinación de síntomas no se encuentra en ningún
otro remedio. Cham. y Cina tienen orina abundante y pálida; pero la de Cina se pone lechosa después de un rato de reposo. En Cina alterna el hambre canina con la falta de apetito.

Es uno de nuestros mejores remedios para la tos ferina, temblores, contracturas, subsaltos tendinosos y aun convulsiones, pero en todos estas afecciones la he encontrado eficaz si existían los ya dichos síntomas de lombrices. Una vez, en una familia traté simultáneamente cinco casos de fiebre tifoidea, todos estaban graves.

No podía tener duda respecto al diagnóstico, y hablo en este sentido, porque hay quién asegura que dicha enfermedad no se presenta en ios niños menores de seis años. Un niño de cinco años de edad fué el último atacado y seguía análogo curso que los otros en cuanto á la elevación y descenso de la temperatura, diarrea, meteorismo y demás síntomas comunes á la enfermedad. Comenzaba á practicar mi profesión y como Cina no era recomendada en los libros de texto como
un remedio para la fiebre tifoidea, yo trataba de elegir lo que parecía más indicado. Comprendía perfectamente que el cuadro sintomático tenía analogías con cina mezclado con los síntomas ya mencionados, y como el enfermo no mejorase, me resolví á prescribirle una cuantas dosis de Cina y con gran sorpresa de mi parte lo encontré al siguiente día más aliviado, hasta que rápidamente llegó á la curación.

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