BORAX VÉNETA
Este medicamento, aunque muy antiguo no ha sido universalmente apreciado y su acción sobre el sistema nervioso es muy marcada. En primer lugar se manifiesta en lo que llamamos nerviosidad, cuando se trata de ruidos para los cuales el enfermo es muy sensible. Siendo para cualquier ruido, como la tos, estornudos, un grito, un tiro lejano, arrugar un periódico, etc. Bell, a veces se administra cuando hay el sobresalto por cualquier ruido, pero Bórax sería mucho mejor. También hay otro síntoma nervioso interesante, él temor de caerse y él temor al movimiento de descenso (Gelsem., Sanie). El niño grita y se agarra a la nodriza cuando ésta trata de colocarlo en la cuna, lo mismo al bajar las escalofríos, llora y se agarra fuertemente.
Los adultos sufren de igual fenómeno, no se sientan en una silla mecedora, no montan a caballo, no se embarcan, no nadan por el temor del movimiento señalado. Hay otro medicamento que tiene análogo sintonía y es Gelsem., pero yo pienso que hasta ahora sólo cuando se presenta en la fiebre intermitente. Los niños se duermen con calma, pero despiertan rápidamente, llorando y agarrándose a los lado de la cuna, sin razón aparente para hacerlo así, o se despiertan y se cuelgan á los brazos de sus nodrizas, poseídos de terror. En estos casos pensaríamos en Apis mell., Bell. Ciña., Stram., pero no debe prescribirse nunca basado en un solo síntoma. Veáse la boca del niño y si se encuentra alguna úlcera aftosa, es seguro se necesita Bórax.
También Bórax tiene una acción enérgica como remedio general aun en uso doméstico; desde tiempo atrás ha sido prescrito sin razón ninguna, hasta que los homeópatas encontraron su lugar exacto. La elección será conveniente establecerla entre él, y Mercur., Hydrastis, Sulphur y Sulphuric acid. No es forzoso trazar aquí una línea diferencial entre ellos, pero diré que la ulceración de la boca es solo un síntoma en cada caso. Los síatomas restantes se encuentran fuera de la afección local y á menudo tendrán mucho valor para la final elección del medicamento. Los síntomas nerviosos ya mencionados nos ‘indican» Bórax. No sólo en las menbranas mucosas de la boca» es notable la acción del Borax sino sobre otras machas. Las pestañas están como gomosas y se pegan unas con otras ó se vuelven hacia dentro, las orejas tienen escurrimientos y una vez curó un caso de otorrea de catorce años de duración con esta substancia. Costras secas se forman en la nariz y aparecen de nuevo después de quitadas. Deposiciones verdosas, día y noche, acompañadas de aftas. El niño llora al orinar ó antes, demostrando con esto una inflamación de la uretra. Si estos gritos son antes de orinar se encontrará algo de arenilla en la vasija y entonces deberá pensarse mejor en Lycopod., o Zarsaparrilla. Las membranas mucosas de loa órganos respiratorios también son afectadas. Hay tos y expectoración de mal sabor, sabor a yerba; al haber estos síntomas nos encontraremos con una pleuritis marejada en la región pectoral derecha.
En Bórax, se encuentra leucorrea albuminosa, como almidón, muy profusa, acompañada de la sensación de escurrimiento de agua caliente, lo cual comprueba lo que dijimos acerca de su acción sobre las membranas mucosas. Como Chamom,, Hepar sulph., y Silícea., Bórax tiene ulceraciones de la piel, por la más insignificante herida, las cuales supuran.