Listado completo de aquellos remedios que pueden hacernos superar accidentes caseros, malos momentos y ligeras enfermedades. Todos los remedios que deberiamos tener a mano por si nos quemamos, ligero corte, nos damos un golpe, sube rápidamente la fiebre, etc.
Todos aquellos que puedan ayudarnos a sentirnos mejor sin tener que salir corriendo a la farmacia, todos aquellos remedios que no tengamos que encargar de un día para otro (o incluso más días) en la farmacia. Porque claro, de momento y hasta que no se utilice más, la homeopatía es una ciencia que solo utilizamos unos pocos privilegiados.
Aconitum napellus.– Remedio fundamental de las afecciones que tienen lugar después de una exposición al frío, especialmente si dicho frío ha sobrevenido de una manera brusca y, en particular si se trata de un frío seco (si éste es particularmente húmedo, por niebla o por haberse mojado el paciente, Dulcamara). Es sumamente útil en situaciones de aire acondicionado excesivo (en un avión, por ejemplo) o cambios térmicos repentinos en general. Cuando el paciente comienza a sentir el frío y llega a tiritar, puede asociarse a Nux vomica, en la misma toma, de manera frecuente, hasta lograr que la persona entre en calor (es entonces más eficaz todavía). También puede administrarse de manera preventiva, ante tiempo inclemente, especialmente en niños inmunitariamente vulnerables.
Allium cepa.– En caso de resfriados en su fase inicial, en que aparece mucosidad fluida, con estornudos. Lo mismo puede decirse de episodios de rinitis alérgica o vasomotora, con similar semiología. En caso de resfriado o síndromes gripales, puede asociarse a los otros medicamentos indicados en dicha lista.
Apis mellifica.– Para quemaduras, picaduras de insectos y urticarias, así como edemas de tipo alérgico. En general, todo aquello que curse con edemas cutáneos o articulares. Una modalidad importante es la mejoría de la sintomatología con el frío. En este medicamento, la dilución que me ha parecido más activa desde siempre es la 30 CH. Hay que repetir muy frecuentemente la dosis, hasta obtener la mejoría (sin embargo, en casos de instauración precoz del tratamiento, ésta puede llegar de manera espectacular tras la primera dosis, incluso mientras el paciente todavía tiene los gránulos en la boca).
Arnica montana.– Medicamento imprescindible en casos de traumatismos de cualquier tipo (con herida en la piel o sin ella). Puede administrarse en forma de gránulos o en pomada. Igualmente resulta interesante para la recuperación tras intervenciones quirúrgicas, a razón de cuatro veces al día, durante los primeros 10 ó 15 días (en función del tipo de cirugía). Acelera la cicatrización, así como la reabsorción de hematomas, además de aliviar el dolor secundario al acto quirúrgico. En caso de no tener disponible el medicamento, puede utilizarse en prácticamente todos los casos Ledum palustre, especialmente interesante en traumatismos oculares y de las extremidades inferiores.
Arsenicum album.– En gastroenteritis (gran compañero en los viajes). En casos de epidemias de gripe intestinal, el mejor medicamento es Baptisia tinctoria. No corta la diarrea de manera drástica, sino que recupera al paciente progresivamente, permitiendo que se vaya eliminando el germen causante de la patología. Si la diarrea es muy copiosa, China rubra será un excelente complemento, para ayudar a compensar la pérdida de líquidos orgánicos (además de una correcta hidratación, evidentemente).
Causticum.– En afonías y en parálisis faciales “a frígore” (en este caso, es conveniente asociarlo a Aconitum napellus, por el antecedente de exposición a frío brusco). Muy interesante asimismo en contracturas musculares de cualquier localización que mejoren con el movimiento progresivo.
Belladonna.– Remedio básico de todo botiquín homeopático, pues sus indicaciones son múltiples. En procesos febriles en general, resulta un buen estímulo para la recuperación del paciente ante su enfermedad. De acción indudable ante procesos faríngeos, en su fase inicial, también está indicado en otras focalizaciones infecciosas, como otitis. Buen medicamento de eritema cutáneo, como en el caso de las quemaduras o picaduras, aunque cursen también con edema (Apis mellifica). Interesante también en espasmos musculares, tanto de la musculatura lisa como estriada (contracturas musculares esqueléticas o espasmos viscerales, como en cólicos intestinales, nefríticos o hepáticos).
Bryonia alba.- Medicamento indicado en la tos seca, especialmente cuando ésta aumenta o aparece con el movimiento. También en artralgias con la misma modalidad.
China rubra.- La quina nos ayuda en casos de pérdida de líquidos orgánicos. El síntoma capital es la astenia física, el cansancio. Lógicamente, en estos casos, hay que estudiar la causa para ofrecer un correcto tratamiento sustitutivo o causal. Sirve para la terapéutica de la astenia primaveral o de origen funcional.
Coca.- Útil en el tratamiento del mal de altura, en viajes a tierras altas (normalmente, a más de 2.500 metros de altitud). El mejor resultado se obtiene administrando el remedio en dilución 30 CH y de manera preventiva, un par de veces al día, desde dos semanas antes del viaje, y manteniéndolo hasta el regreso a cotas más bajas. En caso de mal de altura, debería darse más frecuentemente, cada media hora, por ejemplo.
Cocculus indicus (Anamyrta cocculus).- Tiene dos indicaciones fundamentales, ambas relacionadas con los viajes. La primera es el mareo en los transportes (Borax, en barcos y aviones; Tabaccum, como Cocculus, en viajes por carretera), especialmente en los niños. La segunda es el jet lag o en casos de privación de sueño, por diferentes motivos (vigilias por trabajo, estudios, cuidado de enfermos, etcétera).
Corallium rubrum.- En procesos catarrales que cursen con tos húmeda, productiva.
Eupatorium perfoliatum.- En procesos gripales con el llamado “trancazo” o, en general, en pacientes con dolor generalizado de otro origen (fibromialgia…).
Ferrum phosphoricum.- En otitis (el medicamento más interesante para su tratamiento y prevención) y en pacientes con tendencia a las epistaxis. Buen complemento para pacientes que han sufrido una neumonía.
Gelsemium sempervirens.- Uno de los mejores medicamentos homeopáticos para el tratamiento de la gripe, junto con Eupatorium perfoliatum. Paciente postrado, con fiebre y torpor mental, junto a catarro de mucosas. También interesa en sujetos ansiosos con tendencia al temblor, interno o externo, y bloqueo mental, así como con fobias que desencadenan este proceso.
Hepar sulphur.- Remedio de supuración de piel o mucosas, especialmente activo cuando se asocia a Pyrogenyum. Las mejores diluciones en general son 15 ó 30 CH, pues sirven para disminuir la formación de pus, así como para reabsorver el que ya se ha formado (cuando se trata de un absceso de cierta envergadura, requerirá desbridamiento quirúrgico, junto a una eventual cobertura antibiótica). Es por ello también útil en orzuelos y otras patologías supuradas, en cualquier localización anatómica.
Ignatia amara.- Medicamento de ansiedad, con sensación de nudo u opresión precordial o epigástrica, de tipo funcional. Fundamental en situaciones de estrés.
Ipeca.- El síntoma básico para su prescripción es la náusea y/o el vómito. Ello puede ser consecuencia de trastornos digestivos propiamente dichos, como gastroenteritis, o provocado por la tos (muy interesante en las faringitis, laringitis, traquítis o bronquitis con tos emetizante). Buen medicamento de asma bronquial, cuando está presente dicha tos.
Kalium bichromicum.- Indispensable en catarros con mucosidad espesa, compacta, filante, de color amarillento o verdoso. Extremadamente útil en pediatría. Con su prescripción se evitarían muchos antibióticos innecesarios.
Kalium iodatum.- Medicamento de sinusitis, sobre todo frontal. Indicado por tanto en cefaleas de origen catarral.
Ledum palustre.- Además de su citada acción en los traumatismos (Arnica), tiene una interesante indicación en las picaduras de insectos (Apis mellifica), en particular las de mosquito. Su papel principal al respecto es la prevención de las picaduras (no sirve para prevenir la malaria, puesto que no garantiza que el insecto no pique, sino que seguramente actúa como una especie de antihistamínico, impidiendo que aparezca la molesta roncha).
Mercurius solubilis.- En resfriados con mucosidad espesa, muy irritante, acompañados de fiebre y sudoración. Tradicionalmente, en anginas pultáceas, pero teniendo en cuenta que la indicación básica es el correspondiente antibiótico, para evitar complicaciones. Excelente medicamento de la boca, está indicado en gingivitis y estomatitis. En general, con Borax, es uno de los mejores medicamentos de aftas bucales (especialmente, para la prevención de las mismas).
Nux vomica.- A parte de su citada utilidad en la sensación de frío (Aconitum), es uno de los mejores medicamentos de gastritis o de dispepsias, en general. Buen medicamento de estrés. Del mismo modo que Belladonna, se puede utilizar en los espasmos viscerales.
Rhus toxicodendron.- Indicado en herpes simples, tanto labiales como de otras localizaciones. Por ello, también es el remedio de la varicela (disminuye el prurito y acorta la evolución del proceso, evitando complicaciones). Se utiliza asimismo en contracturas musculares que mejoran con el movimiento progresivo, como Causticum, aunque Rhus tox es muy sensible a la humedad y los cambios de tiempo en general.
Staphysagria.- Medicamento de heridas incisas, con bordes netos (caso de intervenciones quirúrgicas o de cortes accidentales con un cuchillo). Fundamental en problemas psicológicos por rabia contenida, no expresada. Igualmente, espectacular acción en pacientes que sufren eccemas o alteraciones cutáneas como consecuencia del sentimiento descrito, por cualquier conflicto ambiental.